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miércoles, 23 de noviembre de 2011



VOYEURISMO:
EL PLACER DE VER SIN QUE LO SEPAN


Es posible que alguna vez nuestra mirada haya ido en búsqueda del placer aún cuando la distancia sea importante entre nuestros ojos y el objeto deseado de ver, es posible entonces que la mente vaya recreando "ilusiones" y proyecte lo que soñamos hacer en esa escena mirada, en ese cuerpo ajeno...en aquella piel de la vecina, del vecino, o de un simple desconocido o desconocida. El voyeurismo es una conducta, que puede llegar a ser parafilica, caracterizada por la contemplación de personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual con el objetivo de conseguir una excitación sexual (delectación voyeurista). La actividad del voyeurista no implica ninguna actividad sexual posterior, o no necesariamente.


Dicen los teóricos que estudian la conducta humana que el voyerismo puede ser considerado como una desviación sexual, y eso es cierto en la medida que tal acción sea casi compulsiva, pero también es cierto que el ser humano tiene la magia de saber entrar en el fascinante mundo de la curiosidad, por tanto, ver con curiosidad algo que nos resulte misteriosamente encantador es válido.



Recuerdo cómo en cierta oportunidad, siendo un adolescente, pillé a mi hermana mientras era "tomada" por su novio. Ella no sabía que yo estaba en casa, ignoraba que dormía en el jardín, cuando desperté y fui a mi cuarto, escuché unos extraños quejidos que provenían de la habitación de mi hermana, entonces sigilosamente me acerqué y fui abriendo lentamente la puerta del cuarto, allí estaba ella, tendida boca arriba en la cama, con las piernas abiertas y colgando fuera de la cama, abierta de par en par, y allí estaba mi cuñado, arrodillado frente a ella, con toda su cara en moviéndose de izquierda a derecha entre el coño de mi hermana, mientras más la chupaba, más gemía ella. Luego se levantó y se montó suavemente sobre el cuerpo de mi hermana, justo en ese instante lo cómo se hundía en ella y cómo mi hermana mientras se aferraba a la espalda de él, soltaba un grito de inmenso placer. Cerré la puerta y me alejé de ese cuarto, los gemidos sostenidos y rítmicos de mi hermana eran más intensos, pero más lejos de oír para mí.

Sucede que hay situaciones no buscadas que al verlas y luego recordarlas, generan un particular placer sexual. Y existen otras que se buscan con marcada intención como es el caso del voyerismo. Se menciona que los hombres son más propensos a practicar el polémico "arte de ser mirón", quizás por aquello de que el varón es más visual y la mujer más emocional; sin embargo, los casos de mujeres que también echan su miradita, son miles. Ellas también "bucean" de cerca o a lo lejos, lo que no se puede negar es que son mucho más discretas en esa situación.


La palabra voyeur deriva del verbo voir (ver) con el sufijo -eur del idioma francés. Una traducción literal podría ser “mirón” u “observador”, con la connotación peyorativa del caso. Las prácticas voyeuristas pueden variar, pero su característica principal es la de que el voyeur, también llamado “mirón” o “brechero”, no interactúa directamente con el sujeto observado, quien permanece casi siempre ajeno a dicha observación. El voyeur suele observar la situación desde lejos, bien mirando por una cerradura, por un resquicio, o utilizando medios técnicos como un espejo, una cámara, etc. La masturbación acompaña, a menudo, al acto voyeurista. El riesgo de ser descubierto actúa, a menudo, como un potenciador de la excitación.

A la tendencia voyeurista se le asocia frecuentemente la tendencia exhibicionista, esto es, disfrutar mostrándose, más o menos abiertamente, semidesnudo o completamente desnudo. Ambas conductas poseen un fuerte componente compulsivo, irrefrenable, mostrando los sujetos aumento de su tasa cardíaca y sudoración ante la aparición de estímulos relacionados con dichas actividades. Estos efectos físicos desaparecen tras la realización del acto voyeurista


El voyeurismo se da, en mayor medida, en hombres, mayoritariamente heterosexuales, ya que es el hombre el que depende más del sentido de la vista para alcanzar la excitación sexual. Es necesario, por lo tanto, distinguir entre voyeurismo y actividad sexual normal, en la que también se produce una excitación al contemplar la desnudez. La diferencia estriba no sólo en el consentimiento o conocimiento de la persona observada que, en el caso del voyeurista, rara vez existe, mientras que en la actividad sexual normal se sobreentiende que sí, formando en este último caso parte de la totalidad de la actividad, no siendo en sí misma la totalidad (la parte por el todo), sino también en la exclusividad de la observación como conducta sexual, carente de interacción física interpersonal.


Se establece también una diferencia entre voyeurismo y contemplación de pornografía. El diagnóstico diferencial se basa igualmente en el conocimiento del hecho de ser observado por la persona objeto de la conducta. Algunos autores, como Langevin y Lang 1987, consideran la pornografía como un acto voyeurista, siempre que este acto constituya la fuente primordial de excitación sexual de un sujeto, o una conducta recurrente.

En lo que respecta a los rasgos de personalidad del voyeurista, estos sujetos suelen ser tímidos durante la adolescencia y con cierta dificultad para iniciar o mantener relaciones de pareja. No son sujetos especialmente propensos a poseer rasgos especialmente patológicos.


El “candaulisme” es un comportamiento consistente en que el mirón deriva placer al observar a su pareja mientras mantiene relaciones sexuales con otra persona.
Para el gusto voyeurista se han creado los llamados peep shows, que son actuaciones que se realizan en vivo en los sex shops o que se observan en la red Internet por medio de una Web cam. Estos shows suelen mostrar a mujeres que fingen no saber que son observadas durante el acto de desnudarse o mientras se masturban.
Por extensión, el término se utiliza también en un amplio contexto: por ejemplo, se habla del “voyeurismo del telespectador” frente a unas imágenes o acontecimientos relacionados con las personas y su intimidad o su desnudo. La modernidad tecnológica ha traído más material al voyerista, mujer u hombre, ahora "mirar" es más fácil. Eso sí, el voyerista de calle, está expuesto a sanciones si la persona observada capta a su "agresor" y lo denuncia, por ello hay que insistir en que la invasión a la privacidad, si no es discreta, tiene riesgos.





Las mujeres conocen muy bien el seductor encanto que poseen para ser observadas por los hombres, a tal punto que su marcada sensualidad pública, a veces la convierte en víctima de groseras palabras y de morbosas expresiones del hombre. Y de la otra parte, entendemos cómo la mujer se expone a eso con la manera de exhibirse, muchas veces provocadora en exceso. En algunas fotografías que vemos en este tema, arriba, captamos a una joven sentada al descuido en plena calle, y deja mostrar si tela íntima que sobresale por encima del jean, un bocado exquisito para voyeuristas urbanos. Luego, el típico lugar ideal para voyeuristas al aire libre: la playa. De allí mostramos una gráfica de una chica broncéandose al sol, y su vulva dividida por sus labios íntimos, quedan practicamente expuestos, aún cuando tiene el bañador puesto. Estamos sin duda en una época que da para todos, desviados o no, el sexo tiene el camino más abierto que antes.


Miradas que van y vienen, miradas urbanas, miradas playeras, miradas de reojo, miradas ampliadas por un binocular, miradas proyectas en las lentes de cámaras, miradas web cam, miradas desde la ventana, miradas desde la puerta entre abierta, miradas que se escurren debajo de la sabana, son miradas de hombres, miradas de hembras, miradas que no se encuentran, pero miradas que se sospechan.




En todo caso, lo importante es que exista una gratificación placentera, que por supuesto no implique daño a otras personas. Ver es sano, observar puede ser curiosidad por descubrir, por deleitarse por aquello que nos resulta agradable, invadir la privacidad,aunque sea por instantes, es, de alguna manera, "soñar". El siguiente vídeo, muestra el momento en que alguien pasaba cerca de la puerta de un cuarto, y se tropieza con una típica escena íntima y...decidió mirar.













EXHIBICIONISMO:
EL PLACER DE DEJARSE VER



En sentido amplio el exhibicionismo (del latín exhibere, "mostrar") es la inclinación de un individuo a exponerse en público de forma espontánea y excesiva, sin ajustarse a las normas sociales. Dicha inclinación implica también el continuo hablar de convicciones, sentimientos, capacidades, aversiones o gustos, sin invitación previa para ello. Mostrarse de forma ostentosa puede ser también una forma de exhibicionismo. Y si aceptamos la idea de que los hombres son "más mirones" que las mujeres, también se pudiera decir que las mujeres se sienten atraídas por dejarse ver. Se trata pues de que cada sexo está cumpliendo su rol, exagerado o no, es otro tema.



La mujer sabe que tiene un poder, sabe que el hombre es más visual, sabe que va a ser mirada, y no necesariamente su belleza física es la clave, porque puede exhibir parte de su cuerpo sin ser bella y va a ser mirada casi de manera instintiva por algún hombre. La hembra sale a la calle a mostrarse de manera consciente o no, el hombre va a buscar mirar, de manera consciente, casi siempre. La mujer seduce en la calle, en su trabajo o en un salón de clases, en su hogar, en su cama...y hasta se seduce así misma en soledad, el hombre se masturba, ella se seduce.








En sentido estricto, el exhibicionismo es el gusto del individuo por desnudar y mostrar los órganos genitales de forma impulsiva y gratuita. En la psicología moderna, el exhibicionismo durante la infancia o pubertad no es considerado una enfermedad. Sin embargo existe una seria discusión sobre si considerarlo una enfermedad en personas adultas. Hasta hace algunos años se ha clasificado al exhibicionismo casi siempre como una "perversión psicosexual", a partir de esta denominación surge la pregunta de si el término "perversión" indica una enfermedad o si se trata simplemente de una preferencia sexual de una minoría. En todo caso, el término "perversión" ya no es aplicable si hablamos del exhibicionismo como un aspecto que enriquece y forma parte normal de la vida sexual del individuo.


En el siguiente vídeo veremos una acción muy común: mujeres que se masturban frente a un espectador, aunque ya citamos que el voyeurista mira sin que la otra persona lo sepa, aquí la mujer que exhibe sus genitales y se masturba, lo convierte en voyerista en la medida que no se lo imagina presente, es sencillamente "imaginación pura".






Algunos autores creen que las causas del exhibicionismo se basan en un desarrollo psicosexual que no ha evolucionado, que se ha detenido en una etapa inmadura porque el individuo sufre de sentimientos de inferioridad y de trastornos de relación. Según el psicoanálisis, en el individuo exhibicionista existe una pulsión pregenital (véase Fase genital). Otros sostienen que el efecto más bien es contrario: El exhibicionista sufre de estos sentimientos de inferioridad debido a una moral social que lo juzga como "perverso". Al igual que con la homosexualidad, las causas psicoanalíticas del exhibicionismo son muy difíciles de aclarar y generalmente no son de ayuda para un tratamiento. Pero más allá de darle a los lectores una idea clara de estas tendencias. aquí en esta página se trata de disfrutar y entretenerse sanamente con relatos, historias, conocimiento e omágenes que le den alas a la imaginación y material a la piel deseosa de experimentar el camino del placer.




La tendencia mundial es a la aceptación del desnudo. Ya casi en todas las playas el uso de tanga o el topless son admitidos. Los grupos masculinistas se han quejado de la existencia de un sesgo de género, según el cual el exhibicionismo masculino se ve como un "crimen" y el femenino como un "derecho". En fin, la fascinación por ver y dejarse ver...continuará. Ah, queridos lectores y lectoras, no piensen que ustedes son voyeristas por "mirar" este blog, sencillamente, vivan la vida con los placeres que esta nos da.



Recuerden que esta página contiene en "archivos del blog" todo lo escrito y expuesto con anterioridad, si quieres pasar un buen rato, ubicas entradas antiguas al final de la página y encontrarás interesante material. Colabora marcando clicks en la publicidad de nuestros patrocinantes y si deseas escribirnos puedes hacerlo a luisalbertplus@hotmail.com o solicitar mi amistad a Luis Albert Blogs en Facebook. Gracias...

domingo, 13 de noviembre de 2011

DAISY: DEPREDADORA



Daisy,

aquí la tienen...es vuestra!!!!

Sexy




Pura satisfacción






DAISY, PROVOCADORA DE PRINCIPIO A FIN

EL ENCANTO DE UNA HEMBRA CON MIRADA DE NIÑA


Daisy, Abelinda o Tiny Tayler, como se le conoce a esta pequeña belleza rusa, muestra sólo su profesión de porno star cuando nos enteramos que eso hace, del resto puede aparecer en la red como una veinteañera común, una chica hambrienta de locuras y de fantasías, sedienta de experiencias nuevas, una joven de cualquiera de nuestros países latinos o una europea no característica, una niña que quiere ser vista por internet, así con esa sencillez se nos presenta, con ese cuerpo que nada tiene qué ver con las exageradas curvas y los impresionantes senos de las pornos de otras épocas, ese concepto cambió y una exponente de las nuevas generaciones de chicas es sin duda Daisy.




De estas jóvenes se conoce muy poco de su vida privada, públicamente lo que todos y todas están viendo. Pero lo cierto es que cada una de ellas pareciera ubicarse en una destreza sexual o en una preferencia sexual particular, en el caso de Daisy, masturbarse en cualquier sitio, a cualquier hora, con sus dedos o con dildos, es su especialidad y por ello es una de las preferidas de internet.



Sin embargo, en este blog logramos ubicar fotografías y vídeos que nos muestran a Daisy en facetas con parejas, por cierto casi siempre los mismos modelos, y en otras poses no tan vinculadas al sexo directo y obvio.


En estos casos, las palabras sobran, pues Daisy está sólo para ser vista, tocada, y soñada, en el vídeo que sigue, ella con todo su encanto, entrega cada parte de su piel, cada poro, para que el placer lo sintamos en carne viva...


En secuencias




Cuerpo a cuerpo







Esos viejos hábitos de Daisy




Buscando orgasmos



Daisy...íntima








"Cocinando" dedos al horno







Daisy conoce muy bien cómo excitarnos, sabe perfectamente que es deseada por hombres y mujeres, no esconde sus abismos íntimos, todo lo contrario abre de par en par cada orificio como si quisiera que todos nos hundiéramos en ella, despierta pasiones, pone a la lujuria en ebullición total, hace que otras mujeres la imiten entregándose en la vida real con toda la piel disponible...sabe que el placer se debe experimentar completamente...ella es una hembra que sabe devorar hombres y mujeres, es una hermosa depredadora.




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